Mayotte, la diminuta isla del Índico por la que Francia debate su propia identidad

  • Mayotte se ha convertido en el último campo de batalla en Francia sobre las leyes de inmigración.

Un pedacito de Francia en el océano Índico se ha convertido en el último campo de batalla sobre las polémicas reformas del país europeo a las leyes de inmigración.

La pequeña isla de Mayotte, que Francia controla desde 1841, pasó a ser un departamento de ultramar de la República en 2011, lo que significa, en teoría, que allí se aplican las mismas leyes que en París, Marsella, o cualquier otro lugar del país.

Pero debido a la inmigración masiva que la isla ha estado experimentando desde hace un tiempo, el gobierno del presidente Emmanuel Macron está contemplando acabar con el sagrado principio tan francés de igualdad para todos.

El ministro del Interior, Gérald Darmanin, visitó la isla durante el fin de semana y anunció que el derecho automático de obtención de la ciudadanía francesa por nacer en Mayotte será revocado.

El gobierno pretende ahora impulsar un cambio constitucional en este sentido.

Fundamentalmente, el fin de la obtención de la ciudadanía por lugar de nacimiento aplicaría sólo en la isla de Mayotte, y no en Francia en su conjunto.

Pero allí radica el problema.

Por diferentes razones, tanto la izquierda como la derecha francesa ven la reforma como problemática.

La izquierda sostiene que es una violación del principio republicano de universalidad de los derechos y abre la puerta a una ciudadanía basada en el origen racial.

Por su parte, la derecha cree que es bastante justo cambiar las reglas en Mayotte, pero considera que hay que ir más allá y abandonar «la ciudadanía por lugar de nacimiento» en todo Francia.

¿Derecho de suelo o sangre?
El ius soli o derecho de suelo es la noción legal de que una persona que nace dentro del territorio de una nación se convierte automáticamente en ciudadano.

Su idea opuesta es el ius sanguinis, el derecho de sangre, que transfiere la ciudadanía sólo a los hijos de los ciudadanos de tal nación

Para muchos, particularmente los de izquierda, el derecho de suelo es un pilar importante que demuestra el estatus de Francia como faro de valores humanistas.

Pero, estrictamente hablando, el derecho de suelo no es un derecho automático en Francia, como lo es, por ejemplo, en Estados Unidos, donde un certificado de nacimiento es suficiente para obtener un pasaporte.

Un niño nacido en Francia de padres extranjeros debe solicitar la ciudadanía en su adolescencia y luego demostrar su residencia continua.

Sin embargo, el principio se mantiene. Nacer en el territorio abre la puerta a pertenecer a la nación y convertirse en ciudadano.

300.000 habitantes: sólo la mitad son franceses
Lo que sucede en Mayotte muestra cómo en la actualidad las presiones sobre los cambios demográficos y la inmigración masiva están llevando a los gobiernos a cuestionar derechos sobre los que hasta hace poco había consenso.

Mayotte es actualmente presa de una ola de desobediencia civil que nació del miedo que sienten sus habitantes a verse «inundados» por extranjeros.

Situada a 70 kilómetros de uno de los países más pobres de África, las Comoras, Mayotte tiene un problema de «pequeñas embarcaciones» que hace que las que cruzan el Canal de la Mancha desde Francia a Reino Unido parezcan insignificantes en comparación.

Cientos de personas llegan cada semana desde las Comoras, a las que se suman cada vez más solicitantes de asilo procedentes de África central.

En los hospitales de la isla nacen cada año más de 10.000 bebés, la mayoría de madres procedentes de las Comoras.

La población total de Mayotte se estima en 300.000 habitantes, pero sólo la mitad de ellos tienen pasaporte francés.

«Prisioneros» de su geografía
Desde mediados de enero, grupos de «comités de ciudadanos» han establecido puestos de control en carreteras en toda la isla, exigiendo medidas contra la inmigración y el crimen que, según dicen, vienen con ella.

Representantes de todos los matices políticos dentro de Mayotte piden lo mismo: acabar con el derecho de suelo.

«Si no, seguiremos siendo prisioneros de nuestra geografía», afirma Estelle Youssouffa, diputada de Mayotte del bloque independiente LIOT en la Asamblea Nacional.

«Terminaremos dando la bienvenida a toda la miseria de las Comoras y de África y todo para que la gente en París pueda seguir alardeando de sus grandes principios».

«El derecho a la seguridad es también un derecho fundamental», sostiene Youssouffa.

«El derecho a circular libremente es un derecho fundamental. Pero estamos privados de estos derechos, porque ahora la violencia es tan grave que ya no podemos vivir normalmente».

Récord de solicitudes de asilo
El ministro del Interior francés dice que su anuncio responde a los llamados de los mahorais, como se conoce al pueblo de Mayotte.

Asegura que una vez que el derecho de suelo sea abolido en la isla, el atractivo desaparecerá.

Actualmente, la mayoría de las solicitudes de regularización provienen de familias comoranas de bebés nacidos en Mayotte y, por tanto, franceses.

Cuando los bebés ya no sean franceses, según el argumento, la gente dejará de ir.

Nadie sabe si eso es cierto o no.

Para la izquierda, no es la ciudadanía per se lo que atrae a los inmigrantes a Mayotte, sino un mejor nivel de vida.

Y advierten que, a pesar de todas las promesas del gobierno en sentido contrario, lo que ocurra en Mayotte podría fácilmente aplicarse posteriormente en el resto Francia.

Tampoco se sabe si eso será así.

Lo que es innegable es que tanto la corriente dominante como la extrema derecha en la política francesa están hablando ahora abiertamente de poner fin al derecho de suelo en todo Francia.

Para ellos es exactamente el tipo de medida que requiere la crisis migratoria, ya que las solicitudes de asilo alcanzaron un récord de 142.500 el año pasado.

El gobierno de Macron necesita a la derecha política para lograr cualquier cambio constitucional en Mayotte.

¿Podrían condicionar su apoyo a que la reforma se amplíe y abarque todo Francia?

¿O podría lograr bloquear el cambio constitucional con el argumento de que aplicarlo sólo en Mayotte es demasiado restrictivo?

¿Y luego, en las próximas elecciones presidenciales, quizá pueda llegar al poder, como espera, prometiendo ponerle fin al derecho de suelo en todo el país?

El mundo esta cambiando y esa es una gran posibilidad.

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