- En Marsella, el seleccionado que comanda Ricardo Gareca perdió 3-2 con Les Bleus. Sin embargo, el funcionamiento y la propuesta dejó buenas sensaciones en la incipiente era del Tigre a cargo del Equipo de Todos. Anotaron Marcelino Núñez y Darío Osorio.
Pasó la fecha FIFA. La selección chilena tuvo sus primeros dos partidos al mando de Ricardo Gareca, con un saldo de un triunfo y una derrota. Más allá de los resultados, la Roja sacó algo en limpio en pos de sumar optimismo de cara al futuro: volvió a ser un elenco competitivo (un aspecto igual de importante que ganar). Luego del juego ante Albania, el escollo creció un par de escalones al enfrentarse con Francia, el poderoso subcampeón del mundo. En Marsella, el equipo nacional perdió por 3-2, no obstante dejó sensaciones que invitan a mirar el vaso medio lleno.
“Más picante de lo esperado”. Esta frase llevó la portada del diario L’Equipe este martes, anunciando un amistoso que fue tomando otra temperatura con el paso de los días, sobre todo tras la caída de los galos ante Alemania. Después de 13 años, franceses y chilenos se volvieron a enfrentar. De aquel equipo que empató en Montpellier, en 2011, permanecen Claudio Bravo, Mauricio Isla y Alexis Sánchez. El golero mantuvo su puesto, relegando a Brayan Cortés. Gareca repitió la oncena que salió ante Albania. Por su parte, Les Bleus metieron nueve cambios.
El propio seleccionador chileno manifestó, una vez asumido el cargo, que vino a ganar, a conseguir objetivos. De la mano va con dotar al equipo de aquel gen competitivo que gozó durante su época más luminosa y que extravió hace por lo menos un lustro. Y una exigencia de alto vuelo como enfrentar a una selección top (la segunda más cara del mundo, con una valorización de 1.222 millones de euros) servía para aquello, con el consiguiente riesgo que traía consigo.
El inicio del partido en Marsella hizo rememorar el mejor repertorio de la Roja, ese que brilló en el bicampeonato de América. El cuarto de hora inicial tuvo a Chile con manejo de balón y personalidad, no cediendo espacio a un rival desencajado. El clímax de ese arranque positivo llegó con el golazo de Marcelino Núñez, en los seis minutos. Una combinación entre Alexis e Isla, acabó con un remate cruzado del volante del Norwich. El atrevimiento chileno en tierras galas marcaba el encuentro.
El 4-2-3-1 se afianza como el dibujo matriz, con un Alexis Sánchez que flota, moviéndose en ofensiva con libertad, tal como lo había sentenciado Gareca. En faceta defensiva, cuando Francia empezaba a afirmarse, la Roja se paraba con dos líneas de cuatro. Osorio y Dávila hacían ese trabajo por las bandas. Una Francia incómoda comenzaba a aparecer paulatinamente. Para su fortuna, encontró el empate cuando el trámite era de la Roja. En los 18′, un remate de Fofana sufre un leve desvío en Lichnovsky y se mete en el arco de Bravo. Lenta la reacción del golero del Betis, quien estaba algo tapado.
Una ráfaga de los galos le permitió remontar el duelo. Siete minutos después del gol de la igualdad, un cabezazo de Kolo Muani conectó un centro de Theo Hernández para poner el 2-1. El delantero le ganó en el salto a Suazo y mete un testazo que deja sin reacción a Bravo. En este duelo se notó, en comparación con lo poco que fue requerido ante Albania, la larga inactividad del experimentado meta en España, a causa de una lesión.
Más allá del resultado, Chile continuó con su idea de control de balón y juego asociado, usando las bandas para profundizar. En ese sentido, el entendimiento casi automático entre Isla y Sánchez era provechoso por la franja derecha del ataque. También era un punto a favor que Mbappé estaba apagado, sin espacios para arrancar y poner turbo a su capacidad de velocista. La marca de los nacionales daba efecto. Gareca no cambió de lado a los centrales. Mantuvo a Lichnovsky por la derecha y a Paulo Díaz por la izquierda.
Si bien los guarismos indicaban que la posesión le correspondía a Francia, lo concreto es que Chile supo manejar de manera pulcra la pelota para generarle peligro a los europeos. Eduardo Vargas no entró tanto en el circuito ofensivo, sin embargo estuvo a nada de poner el empate. En los 50′, un cabezazo de ‘Turboman’ dio en un poste, con un meta Maignan clavado en la línea.